lunes, 14 de mayo de 2012

¿POR QUÉ NO PARTICIPAN LOS PADRES EN LA ESCUELA?



Algunos inconvenientes de las reuniones formales en los centros son:

1.       Los participantes no siempre llegan a tener una influencia determinante en las decisiones.
2.       Suele existir algún grupo que ejercen el control sobre los demás.
3.       En las reuniones solo se tratan asuntos de trámite, dar o recibir información o sancionar decisiones ya tomadas. 
4.       Rara vez los temas que se debaten tienen relación con la mejora de la enseñanza.
5.       Los miembros no docentes encuentran dificultades para participar a igual nivel que los profesionales.
6.       Etc.

Como resultado se pierde la confianza en la eficacia de la participación, lo que lleva a adoptar actitudes de pasividad o incluso abierta hostilidad hacia los sistemas participati¬vos.

El concepto de participación es escurridizo y difícil de definir operativamente.

Reivindicar la participación de padres y alumnos  no tiene que asociarse en principio a ningún credo político, sino que es una exigencia de la calidad educativa.

Cuando se dice que la participación debe estar al servicio de la calidad educativa, se piensa inmediatamente en la posible intromisión de los padres en decisiones que competen a los docentes como profesionales. Pero es que la profesionalidad de la actuación docente quedaría en entredicho si padres y alumnos no asumen un papel activo en el proceso educativo.

Es decir, el rechazo de los profesores a la participación de los padres refleja una falta de confianza en sí mismos.

En resumen, la participación de los padres y alumnos no se dirige a cubrir carencias de los profesionales, sino a asegurar que todos asuman su responsabilidad educativa.

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